HOMBRE
SER RACIONAL
La imagen del hombre como ser racional, igual y libre, la teoría del
pacto social, como fundamento de la sociedad civil y el poder; y la concepción
utilitaria del castigo, no desprovista de apoyo ético, constituye tres sólidos
pilares del pensamiento clásico. La
Escuela Clásica simboliza el transito del pensamiento mágico, sobrenatural, al pensamiento
abstracto, del mismo modo que el positivismo representará el paso ulterior
hacia el mundo naturalistico y concreto. Su punto débil no fue tanto la carencia de una
genuina teoría de la criminalidad (etiología)
como el intento de abordar el problema del crimen prescindiendo del examen de la
persona del delincuente
y del medio o
entorno social de
éste. Como si pudiera concebirse el
delito a modo de
abstracción jurídico-formal. Por
otro lado, y
fiel a los postulados del
liberalismo individualista de su tiempo
(legalista y humanitario),
fue absolutamente incapaz de
ofrecer a los
poderes públicos las
bases e información necesaria para un programa
político criminal de prevención y lucha contra el crimen, objetivo de
especial importancia en un momento
de crisis económica
y social, y de inseguridad
generalizada. Optó por la especulación, por los planteamientos filosóficos y metafísicos, por los dogmas (libertad e igualdad del hombre, bondad de
las leyes, etc.), deduciendo de los mismos sus principales postulados.
La segunda orientación criminológica opera en el marco de las ciencias
naturales, y no en el de las ciencias
del espíritu; si bien hay que reconocer
que no se trata de un marco unitario,
homogéneo y cerrado
sino del empleo
fragmentario y sectorial
de un nuevo método:
el empírico inductivo,
basado en la
observación de la persona
del delincuente y del medio o entorno de éste. Interesa, ante todo, en
cuanto precursor del positivismo criminológico,
al que se anticipó en lustros. Las principales investigaciones se llevaron a cabo en los más
diversos campos del saber. En la incipiente ciencias penitenciarias, por
ejemplo, sus pioneros Howard (1726 1790)
y Bentham (1748
1832) analizaron, describieron
y denunciaron la
realidad penitenciaria
europea del siglo XVIII,
consiguiendo importantes reformas
legales (Howard) o formulando la tesis de la reforma del delincuente como fin
prioritario de la Administración y la necesidad de acudir al empleo de estadísticas
(Bentham) Desde el ámbito de la Fisionomía, Della Porta (1535 1616) y Laveter
(1741 1801) se preocuparon del
estudio de la
apariencia externa del
individuo, resaltando la interrelación entre
lo somático y
lo psíquico. La
observación y el
análisis (visita a reclusos,
práctica de necropsias,
etc.) fue el método
empleado por los
fisiónomos, Particularmente
conocido es el
retrato robot que
ofreció Lavater del
que denominó hombre de maldad
natural, basado en supuestas características somáticas de éste. Y, en la praxis,
el conocido Edicto
de Valerio (cuando
tengas dudas entre
dos presuntos culpables, condena
al más feo) o la fórmula procesal que, al parecer, impuso en el siglo XVIII un
juez napolitano, el marqués
de Moscardi (oídos los
testigos de cargo
y de descargo, y
vista tu cara y tu
cabeza, te condeno), que responden a
tales concepciones fisionómicas, de escaso rigor teórico científico,
pero de gran arraigo en las convicciones populares y en la praxis
criminológica.
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