miércoles, 12 de septiembre de 2012


CUALIDADES DEL INDIVIDUO

Anticipándose  a  los  planteamientos  frenológicos,  mantuvo  Lavater,  que  existe una correlación entre determinadas cualidades del individuo y los órganos o partes de su cuerpo donde  se  supone que  tiene  su  sede  y emplazamiento  físico  las correspondientes potencias  humanas.  La  vida  intelectual  podría  observarse  en  la  frente;  la  moral  y sensitiva  en  los  ojos  y  la  nariz;  lo  animal  y  vegetativo,  en  el mentón. Refiriéndose  al hombre  delincuente  de  maldad  natural,  auténtico  anticipo  del  delincuente  nato  de  Lombroso, vía Lavater: tiene la nariz oblicua en relación con la cara, el rostro deforme pequeño y color azafrán; no tiene puntiaguda la barba; tiene la palabra negligente, los hombros  casados  y  puntiagudos,  los  ojos  grandes  y  feroces,  brillantes,  siempre iracundos,  los  párpados  abiertos,  alrededor  de  los  ojos  pequeñas  manchas  de  color amarillo  y, dentro, pequeños granos color de  sangre brillante como  el  fuego, revueltos con otros blancos, círculos de un rojo sombrío rodean la pupila o bien, ojos brillantes y pérfidos  y  seguido  una  lágrima  colocada  a  los  ángulos  interiores;  las  cejas  rudas, los párpados derechos, la mirada feroz y a veces de través.  La  frenología,  precursora  de  la  moderna  Neurofisiología  y  de  la Neuropsiquiatría,  realizó  también una  importante aportación  en  esta  etapa de  tanteos empíricos,  al  tratar de  localizar en el cerebro humano  las diversas  funciones psíquicas del  hombre  y  explicar  el  comportamiento  criminal  como  consecuencia  de malformaciones cerebrales. Destaca  la obra de Gall  (1758 1828), autor de un conocido mapa cerebral dividido en treinta y ocho regiones, Spurzheim, Lauvergne y otros.
Para Gall, el crimen es causado por un desarrollo parcial  y no compensado del cerebro, que ocasiona una hiperfunción de determinado sentimiento.   De  hecho,  el  autor  creyó  haber  podido  localizar  en  diversos  puntos  del  cerebro  un instinto  de  acometividad,  un  instinto  homicida,  un  sentido  de  patrimonio,  un  sentido moral, etc.    Mención  especial  requiere  la obra de Cubí  y Soler, que  tres décadas antes que
Lombroso insinuó ya una de las tesis de éste.

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