martes, 11 de septiembre de 2012


EL USO DE LA VIOLENCIA POR PARTE DE LA AUTORIDAD

Esto  no  es  nada  nuevo,  especialmente  en  la  actualidad  es  este  punto  el  que  tiene relevancia,  pues  es  frecuente  el  problema  del  empleo  de  la  violencia  por  parte  de  la autoridad  o  de  los  agentes  policíacos  la  que  puede  provocar  lesiones  e,  inclusive,  la muerte de la persona que la padece.   La gravedad de este hecho ha llevado a la doctrina y a la jurisprudencia a señalar unos límites, con la idea de evitar todo exceso o desviación de poder por parte de la autoridad encargada  de  hacer  efectivo  el  ejercicio  de  la  acción  penal.  Estos  limites,  son,  en principio,  la necesidad  racional de  la  violencia y  su adecuación proporcional al hecho que se investiga.

Respecto al  primer  requisito, que a mi criterio debe contemplarse es el de  la agresión ilegítima, algún sector doctrinal y jurisprudencial entienden que no es necesario, porque hay algunas ocasiones en las que  la autoridad puede hacer uso de  la violencia sin que haya sido objeto de agresión directa por parte del sujeto activo de la acción ilícita; por ejemplo, para  reducir a  un peligroso delincuente que pretende huir, para proceder a  la captura de un individuo que se encuentra atrincherado con Rehenes en un banco, etc.

En  todo  caso, más  importante  que  este  requisito  es  el  de  la  necesidad  racional de la violencia, ya  que  ella,  casi  siempre,  tiene  que  ser  necesaria  para  restablecer  el  orden jurídico perturbado, no estando justificada, por innecesaria, si, por ejemplo, es suficiente con cualquier otro tipo de medida no violenta.   Finalmente, la violencia, además de necesaria, ha de ser proporcionada a la entidad del hecho que la motivó, evitando cualquier exceso, por más que aparentemente pueda estar autorizada la autoridad por cualquier tipo de reglamentación administrativa interna. 

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