viernes, 20 de marzo de 2009

DESAPARECIDO

BALTAZAR GARZÓN
Juez de la Audiencia Nacional española

Aprecio que participo de las ideas de la columnista de prensa Margarita Carrera, muy apreciada por ciento. Casi comulgo con su forma de pensar. Afirma ella que (Prensa Libre, Pág. 14 del 19 de marzo 2009) “la justicia guatemalteca parece que nunca va a revelar quiénes son los genocidas y criminales de lesa humanidad durante el conflicto armado”. Por cierto, otra periodista, la señora Fernández afirma en una de sus publicaciones que: “en Guatemala abundan los armarios llenos de esqueletos, pero nadie se atreve a denunciar a los principales, por miedo a que se descubran los propios”.
Pues bien, Margarita Carrera indica que en Guatemala se puede descubrir quiénes fueron los agentes de la Policía que secuestraron al esposo de Nineth Montenegro, Fernando García, pero guardan silencio sobre los autores intelectuales. La labor de Nineth, quien fundó el Grupo de Apoyo Mutuo, es incalculable. Aunque ella dice haber perdonado a los asesinos para poder seguir viviendo, la mal llamada justicia en nuestra patria ha de continuar en la comprobación de quiénes eran los altos mandos que ordenaban genocidios, masacres, torturas, desapariciones. Ya se sabe quienes son –de acuerdo al REMHI y la CEH- pero como dice Edgar Gutiérrez, citando a George Orwell: “Quienes controlan el pasado, controlan el futuro”, y quienes continúan incrustados en el poder siguen siendo los culpables de los crímenes de lesa humanidad. Mírese, si no, afirma Carrera. Y continua su comentario: “La figura de un Ríos Montt, quien trabaja tranquilamente en el Congreso. Por eso, es importante la visita a Guatemala, del Juez Baltasar Garzón, quien preside la ad judicatura de la audiencia Nacional española. Sigue indicando que dicho juez califica de “muy grave” e “inaceptable” que la justicia guatemalteca haya tramitado en el 2008 una querella criminal contra su colega Santiago Pedráz, quien es el juez español que investiga el genocidio cometido en la era de la guerra sucia.

A cualquier guatemalteco honrado le parece “vergonzosa” la decisión de la Corte de Constitucionalidad, la cual en diciembre del 2007 anuló las órdenes de captura contra los señalados de genocidio.
Garzón representa no solo a España, sino a la justicia a nivel internacional. Sin embargo, ha reconocido que “en Guatemala se están haciendo esfuerzos y hay jueces que luchan contra la impunidad”, pero estos jueces necesitan protección, de otra manera no podrán desarrollar la justicia. Respecto del proceso que se sigue en España contra cinco militares y dos civiles, señalados por Rigoberta Menchú, se lamentó que la corte de constitucionalidad haya dictaminado que España no tiene competencia para juzgar los delitos de lesa humanidad cometidos en Guatemala.
¿Pero qué hace al respecto la Corte de Constitucionalidad? Se Pregunta Margarita Carrera. Y sigue interrogándose: ¿Cuándo ha dado su apoyo (la Corte de Constitucionalidad) para que la justicia guatemalteca tome cartas en el asunto? Y finaliza su argumento diciendo: Es por ello que hoy se habla de la justicia internacional, ¿cómo vamos a combatir la impunidad de ayer y hoy?
De acuerdo a lo que reza la constitución española (Art. 24 C E) existe la garantía de la existencia de la tutela judicial efectiva. Todas las personas, tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, sin que, en ningún caso, pueda producirse indefensión.

Es decir, existe la misma para los particulares. Se busca con su existencia la erradicación de la indefensión. España ha precisado este concepto el que se deriva del precepto del derecho al acceso a la justicia. Y al respecto del acceso a la jurisdicción se señala en España que el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva no protege el acceso de los poderes públicos a la jurisdicción en defensa de sus potestades y actos. La Constitución otorga derechos fundamentales a las personas frente a los poderes públicos, pero no permite que los poderes públicos se apoyen en derechos fundamentales para defender sus actos, especialmente cuando se trata de actos que imponen una sanción a un individuo.

Pero con respecto a la visita de Baltasar Garzón a Guatemala, queda en la memorial de quienes lo escucharon lo que ha indicado: “Hay ciertos crímenes que, por sus características internacionales, exigen que otras naciones actúen”.
Asimismo, Carlos Castresana, jefe de la comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), declara que el Estado guatemalteco es incapaz de combatir la corrupción e inseguridad. Si ni siquiera es capaz de combatir a la delincuencia común, ¿cómo va a ser capaz de enjuiciar a genocidas y criminales de guerra señalados por el REMHI y la CEH? ¿Hasta qué grado de barbarie hemos llegado?

Aunque parezca ajeno al enjuiciamiento de los genocidas, es imposible no llegar al colmo del espanto cuando leemos cómo una turba de reclusos menores de edad atacó a sus maestros, a quien mató a palos, le despedazó el cráneo, le extrajo el corazón y las vísceras y al arrastrar el cadáver al patio de la prisión bailó y daba gritos. ¿A caso será algo que heredamos de la guerra sucia? ¿Hijos de quien son estos menores? ¿Dónde crecieron? Horrores semejantes relata el REMHI, de donde Margarita Carrera toma la siguiente cita textual, buscando ilustra la barbarie de la guerra en su libro: “En la mirilla del jaguar”, Biografía novelada de monseñor Gerardi: “Le habían arrancado la lengua, tenía vendados con venda ancha o esparadrapo ancho los ojos, y tenía hoyos por donde quiera… en las costillas, como que tenía quebrado el brazo. Lo dejaron irreconocible solo porque yo conviví muchos años con él, y yo le sabía de algunas cicatrices y vi que el era. Y también llevaba una foto reciente de cuerpo entero y le dije yo al médico forense que él era mi esposo. Entonces, si, me dijo él, él era su esposo, sí se lo puede llevar”.
Pero, ¿cuál es la consecuencia de estar destapando la caja de Pandora a estas alturas de la vida de los guatemaltecos?
Lógico es que existan repercusiones que inciten a los verdugos de aquellas atrocidades a buscar callar las actividades investigativas. Ha de pensar que se deberá silenciar a todos aquellos que se atreven a descubrir crímenes cometidos en el pasado. Me llama mucho la atención las declaraciones del Procurador de Derechos Humanos ala respecto (Prensa libre. Marzo 20, 2009, Pág. 10. Por: Cereser, Leonardo). El procurador de los Derechos Humanos, Sergio Morales, en conferencia de prensa, informó sobre la golpiza que sufrió el jefe de investigaciones del caso de desaparición forzada de Fernando García, en un hecho ocurrido el 13 de marzo del 2009. Añadió que activistas de derechos humanos han observado a unas personas que han estado fotografiando a los trabajadores del archivo de donde se obtuvieron los documentos para las pesquisas, y cree que son actos de intimidación por los hallazgos logrados. Grupos vinculados a abusos del pasado podrían estar detrás de intimidaciones contra quienes investigan los casos de desaparición forzada durante la época de represión de Estado.
Morales hizo el señalamiento sin mencionar nombres de víctimas, y afirmó que el jefe de la Oficina de Averiguaciones Especiales de la Procuraduría de los derechos Humanos fue golpeado brutalmente por dos hombres que lo interceptaron cuando se disponía a ingresas en su vivienda, el 13 de marzo 2009. “Tras la golpiza, pasó tres días en el hospital y aún están en tratamiento”, se lamentó Morales. Agregó que esa intimidación se suma a una serie de sucesos contra la Procuraduría, luego de las capturas de dos ex agentes de la extinta Policía Nacional, supuestamente responsables de la detención ilegal de García, ocurrido en 1984.
Entre otros hechos, Morales informó que él y el jefe de procuración recibieron amenazas de muerte. También se descubrió la presencia de dos autos sospechosos en los alrededores del Archivo Histórico de la Policía Nacional, y sus ocupantes captan fotografías de los trabajadores de ese lugar. Morales afirmó que ya se solicitó seguridad perimetral a la Policía Nacional Civil y que la denuncia fue presentada en la comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Copias de los expedientes de investigación por desaparición forzada ocurridos durante le conflicto (armado) y en el pasado han sido enviadas a Suiza, para mayor seguridad. “Logramos un convenio con ese país, para que esos documentos obtenidos de los archivos históricos de la Policía Nacional tengan otro lugar de refugio”, dijo el Procurador. El archivo de la Policía Nacional ha sido objeto de unos 15 intentos para ser destruido.
A la fecha no han sido destruídos porque se tardaron mucho en saber de su existencia. Cuando el archivo fue encontrado en la zona seis de la ciudad capital, se pensó en que eran papeles de expedientes históricos, pero que se habían guardado porque nadie se quería hacer responsable de su conservación. Fue así como llegaron a las manos de la Procuraduría General de Derechos Humanos entidad que se ha encargado de escanear todos los documentos y preservarlos en un disco duro. Falta mucho por descubrir y creo que a futuro podrán darse las nuevas noticias al respecto. Se ha de ser muy cauteloso con lo que se hace, pues hay muchas personas involucradas en las atrocidades cometidas en el pasado. Por el bien de la sociedad guatemalteca esperemos que se logren preservar los documentos que aún no ha logrado escasearse, pues en ellos ha de haber algún tipo de relato que esclarece actuaciones de gobierno que se encuentran aún en proceso de investigación.-

jueves, 19 de marzo de 2009

DESAPARECIDOS

DESAPARECIDO

Para nadie es un secreto que en Guatemala se vivió un conflicto armado interno. La guerra que sufrió la sociedad fue entre los propios Ciudadanos, cada grupo con diferente ideología política y forma de pensar. Estaban aquellos que apoyaban derrocar al gobierno de turno e imponer un sistema socialista por la fuerza y mediante el empleo de las armas de fuego. Y se encontraban los de su contra partida, con ideas diferentes, quienes defendían al gobierno que llegó al poder mediante el sistema democrático, empleando la política, democrático, y representativo con orientación capitalista y la alternabilidad. Hoy ha transcurrido ya bastante tiempo desde que se sucedieron los hechos internos dentro de nuestra nación, pero considero que no lo suficiente para pretender que olvidemos todo lo que pasó. Mi generación vivió la guerra interna, muchos ya no existen y fueron eliminados solo por el hecho de pensar diferente a otros grupos sociales. Algunos si se involucraron, otros cometieron el pecado de ser muy ingenuos. Y quizás haya más de alguien que fue eliminado por equivocación, pues buscaban a otro en particular.
Los que en la actualidad damos gracias a Dios de que aún estamos con vida y no nos involucramos en las actividades tanto de un lado como del otro, aún tenemos pesadillas que nos despiertan a altas horas de la noche y nos hace recordar a aquellos amigos con quienes nos reuníamos a platicar y hacer divagar la mente en tanto sueño y hoy ya no existen, pues a alguien se le ocurrió señalarlo de guerrillero o judicial y fue muerto a balazos en plena calle publica. Durante más de 36 años la sociedad guatemalteca experimento una guerra sin ningún sentido, ya que no se sabía realmente lo que estaba pasando. Se tenía conocimiento que habían luchas internas por la política, pero de la guerra sucia de cada bando, nadie decía algo al respecto. Pero si recuerdo la vida atemorizada que todos experimentábamos, no se sabía si uno ya no regresaría a casa, pues aún no metiéndose en nada, podría en cualquier momento ser señalado de líder estudiantil y sufrir la experiencia de la desaparición. Uno salía de casa y no tenía certeza de que regresaría. Recuerdo una historia al respecto: Se trataba de un profesional del momento e incluso había sido candidato a la Alcaldía Capitalina. Tenía su bufete en el Edificio Horizontal de la zona uno. Un día de tantos ingresó un compañero de estudios universitarios a su oficina y le dijo: “Lic, no es por nada, pero fíjese que en la entrada hay unos hombres con gorros pasamontañas estacionados cerca de la puerta y sentados en la palangana de un Pick-up, y se encuentran armados. No se sabe quienes son y a quien andan buscando, pero sería mejor que tuviera mucho cuidado con su vida” El Licenciado Américo Cifuentes ingresó al baño del piso y ya no salió. Los días que le tocó vivir a dicho profesional como catedrático universitario, de seguro los pasó con diarrea diaria, pues no sabía cuando lo secuestrarían para nunca más aparecer. A la fecha vive dicho profesional, gracias a que tomó un exilio voluntario y se refugió en un país vecino de centro América.

Y para nadie es un secreto que Estado Unidos de Norte América tenía conocimiento de lo que estaba sucediendo en nuestro país (Publicación de Prensa Libre; marzo 19 2009; Pág. 10. Actualidad: Nacional. Por Agencia AP).-
Washington sabía que las autoridades guatemaltecas del más alto nivel estaban detrás de la desaparición de unas 40 mil personas durante la guerra, dijo la organización estadounidense Archivos de Seguridad Nacional (NSA por sus siglas en inglés), con base en documentos desclasificados.
Los expedientes obtenidos por los ARCHIVOS DE SEGURIDAD NACIONAL NSA. Son reportes diplomáticos y de inteligencia de la embajada de Estados Unidos en Guatemala para el Departamento de Estado, en Washington.
El Investigador de la NSA Jesse Franzblau dijo a la AP, en entrevista telefónica desde Washington, que los archivos evidencian que desapariciones como la de Fernando García, un sindicalista capturado por la Policía en febrero de 1984, formaron parte de una estrategia para combatir a la insurgencia que buscaba derrocar al gobierno.
De acuerdo con organizaciones de derechos humanos, de las 200 mil personas muertas durante la guerra (1960 – 1996), unas 40 mil son detenidos desaparecidos por las fuerzas de seguridad del Estado.
“Los documentos muestran que la captura de García fue una desaparición política orquestada en los más altos niveles del Gobierno Guatemalteco”, refirió los ARCHIVOS DE SEGURIDAD NACIONAL NSA, en un boletín publicado el 18 de marzo del 2009, en un sitio de Internet. En el mismo lugar se pueden ver las imágenes de los documentos desclasificados.

“La embajada tenía contacto directo con sus contrapartes en el Gobierno de Guatemala. Sus datos venían de informantes y fuentes, pero muchas provenían de los funcionarios de gobierno”, explicó Franzblau.
En uno de los expedientes desclasificados, el entonces embajador estadounidense Frederic Chapin escribió que “el gobierno (de Guatemala) está obviamente capturando a personas con conexiones al movimiento de trabajadores de extrema izquierda, para interrogarlas”.
Entre los documentos publicados hay un reporte elaborado en 1986 por la Oficina de Asuntos Hemisféricos del Departamento de Estado, el cual detalla cómo la desaparición forzada se institucionalizó durante el gobierno golpista de Óscar Mejía Víctores (1983-1986). Durante el primer mes hubo 183 secuestros, y un promedio de 137 desapariciones más durante cada mes de su gestión hasta finales de 1984.

La semana del 8 al 14 de marzo del 2009, gracias a la información contenida en un vasto archivo policial que estuvo oculto y semi abandonado hasta el 2005, fueron detenidos dos de los responsables de la captura de García; otros dos permanecen prófugos. García era esposo de Nineth Montenegro, quien después fundó el Grupo de Apoyo Mutuo GAM), una organización de búsqueda de desaparecidos. Montenegro resultó electa diputada al Congreso en 1996 y ha logrado reelegirse desde entonces.
Las evidencias revelan que las desapariciones en Guatemala formaron parte de una estrategia gubernamental. La ficha de García indica lo siguiente:

EDGAR FERNANDO GARCÍA:
Hijo de María Emilia García, ojos cafés, cabello negro, tes morena, 1.72 de estatura, soltero, maestro de educación primaria, nació en la ciudad capital de Guatemala, el 25 de noviembre de 1957. Posteriormente contrajo matrimonio con la señora NINETH MONTENEGRO. Reside en la 13 calle “B” 29-78 zona 7.

29-07-77 Propuesto para ocupar plaza en el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología. INSIVUMEN.
19-07-79 Se le extiende pasaporte no. 606929.

00-04-84 Miembro activo del Sindicato de CAVISA, perteneciente a la Junta Negociadora de Condiciones de Trabajo.
18-04-84 Fue secuestrado a inmediaciones de la 3ª. Avenida y 7 calle de la zona 11, por hombres desconocidos, sin que hasta la fecha se conozca de su paradero.

Que descanse en paz, Fernando García.

miércoles, 18 de marzo de 2009

EXCULPACION

EXCULPACION POR CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD

Durante el conflicto armado interno, dos grupos sociales en pugna ideológica se encargaron de protagonizar los enfrentamientos armados en toda la República de Guatemala. Por un lado se encontraba el grupo político que hacía gobierno en ese entonces y comandaba las fuerzas armadas del Estado. Se supone que el mismo tiene como propósito y fin, resguardar a la Nación contra cualquier intento de desestabilizar al propio Estado democrático. Y por el otro lado, se encontraban los grupos sociales rebeldes aglutinados en las fuerzas armadas revolucionarias que conformaban a las propias guerrillas. Eran grupos insurgentes que calificaban al Ejército nacional como enemigo del pueblo. Ambos grupos buscaban hacerse aliados de la población civil. Pero el pueblo en general los escuchaba a ambos. Hacía su propio juicio de todo lo que decían, prometían y estaba sucediendo en el diario vivir de la sociedad. Y en la gran mayoría de oportunidades, siempre fue el jamón del sánguche.-

Mario Mérida en su opinión del periódico del 18 de marzo 2009 recuerda algo al respecto. Reproduce declaraciones del Ex presidente Alfonso Portillo, quien salió de la presidencia de la Republica el 14 de enero del 2004. Dicho personaje señaló que personajes como Otilia Lux identificados con un sector de la izquierda, no fueron convocados para ser un mero adorno (en el gobierno) (esto fue publicado en el periódico del 14 de enero del 2000). La desviación del informe se percibió con las declaraciones del profesor Tomuschat, quien antes de hacerlo oficial expresó “… la Comisión del Esclarecimiento Histórico presentará un informe en el que aparentemente el Ejército no quedará bien parado” (Revista Crónica publicación del 16 de enero de 1998). Pero está la cita del informe que lo explica mejor: “Los comisionados guatemaltecos vivimos toda la tragedia en suelo patrio y, en una u otra forma, la padecimos” … ¿Olvidaron otras tragedias que ocultaron el bosque?
“Más o menos 250 mil o 500 mil indígenas participaron en la guerra de una u otra forma en apoyo a las acciones del Ejército Guerrillero del Pueblo EGP” (Ivon Lebot-Arías. 1990: 255), “con la consigna de aniquilar al enemigo, evaluando la necesidad y conveniencia en cada momento de utilizar el terror revolucionario” (Rolando Morán. Nuestra concepción de Lucha. EGP) por eso no asombró el “éxodo de quichelenses a lugares circunvecinos y a la Ciudad Capital. Huyen de la violencia imperante en ese departamento, donde grupos de organizaciones clandestinas han sembrado terror y muerte, asesinando a ancianos, mujeres y niños, quemando las propiedades, destruyendo carreteras… El Ejército nacional se encuentra patrullando las carreteras del occidente del país, para brindar protección a los habitantes (Prensa Libre 12 de julio 1991). Si actuara igual que los comisionados invocarían el artículo 376 del Código Penal, que describe el genocidio. Comete éste delito quien con el propósito de destruir total o parcialmente un grupo nacional, étnico o religioso, efectuare cualquiera de los siguientes hechos: 1. Muerte de miembros del grupo; 2. Lesión que afecta gravemente la integridad física o mental de los miembros del grupo; 3. Sometimiento del grupo o de miembros del mismo a condiciones de existencia que pueda producir su destrucción física, total o parcial; 4. Desplazamiento compulsivo de niños o adultos del grupo, a otro grupo” … ¿Quién pedirá perdón? Él o ellos y, ¿qué dirán?
La información utilizada para este documento no procede de archivos ultra secretos, sino de fuentes públicas no objetadas. (Fue escrito por Mario Mérida en el Periódico, con el título La incómoda objeción. ¿Olvidaron otras tragedias que ocultaron el bosque?
El Código Penal desarrolla en el capítulo IV los delitos de trascendencia internacional. Entre ellos describe el genocidio. Pero igualmente la instigación al genocidio, los delitos contra los deberes de humanidad y la muerte de un jefe de Estado extranjero. A estos delitos se les ha denominado como Crímenes de Lesa Humanidad. El Genocidio, se configuró a raíz de acontecimientos internacionales que han puesto en zozobra la tranquilidad universal de la humanidad, como aquellos que sucedieron en la segunda guerra mundial, ha sido objeto de reglamentación internacional por su gravedad e impacto, se incorpora al Código Penal guatemalteco, con la misma redacción existente en el proyecto de ley presentado para el efecto. Este fue tomado de la redacción textual del artículo 313 del proyecto del Código penal de la República de Honduras, que a su vez, resume las corrientes doctrinarias que se consagraron al ser incluido el citado delito en el derecho internacional. De igual forma, en el capítulo que contiene el genocidio se trata lo relativo a la instigación al genocidio, y congruente con la misma tesis, se preceptúa lo que atañe a los delitos que se cometen con violación o infracción de deberes humanitarios, leyes o convenios respecto a prisioneros de guerra, heridos. Más tarde. El tipo penal de Genocidio sufrió reformas y se encuentra en el artículo 13 del decreto 20-96 del Congreso de la República, las que fueron aprobadas el 9 de abril de 1996. La nueva norma fue publicada en el Diario de Centro América el 9 de mayo de 1996. Entró en vigencia el 17 de mayo de 1996. Por tanto, todo lo sucedido antes de ésta última fecha no se le puede aplicar el tipo de Genocidio. Guatemala no aplica la ley en forma retroactiva, por lo que se puede aplicar la analogía. Aunque la misma se encuentra prohibida. Ya que estarían creando figuras delictivas o acomodándolas a las ya existentes, con tal de no permitir la impunidad.

Sin embargo, se ha estado pretendiendo juzgar y aplicarle el derecho vigente a los hechos sucedidos antes de la vigencia de la norma. Al momento solo he podido apreciar las declaraciones de un juez quien califica de incorrecto aplicar el tipo penal de genocidio a estos casos, pues al momento en que sucedieron no estaba vigente la normativa penal.
Al ritmo que se están dando los acontecimientos dentro de la sociedad guatemalteca, es de esperarse que pronto estemos visualizando una mayor investigación a los hechos de aquella época que para muchos, era impensable que se llegaran a suceder. Es de esperarse que se llegue a generar venganzas personales, desapariciones y exilios voluntarios, o quizá falsas acusaciones contra más de alguien. Pero de todas formas, ya iniciaron las actividades estatales encaminadas a fortalecer la idea del esclarecimiento. Esperemos que se logren los objetivos propuestos por el gobierno de turno y se les conceda a los familiares de las víctimas, la posibilidad de poder visitar una tumba en donde puedan llevarle flores a sus seres queridos. Muchos eso es lo único que desean, pues no saben donde se encuentran sus familiares, que fuerzas de élite llegaron a sacarlos a sus residencias y se los llevaron con rumbo desconocido y de quienes nadie da razón.
Como que la constante al respecto viene de muchos años atrás. En el gobierno del General Arana Osorio sucedió un hecho similar en un Municipio del Departamento de San Marcos. Recuerda uno de los hijos del desaparecido que llegaron a sacar a su casa a su papá, los vecinos que presenciaron lo sucedido afirman que el vehículo donde se transportaban ingresó a instalaciones de una entidad del Estado y nunca salió de dicho lugar. A la fecha se está buscando y preguntando dónde se encuentra sepultado, pero nadie da razón. Pareciera que nunca existió dicha persona. Ya los hijos superan el medio siglo en edad y aún se preguntan por qué nadie dice nada de lo sucedido. Cuando se le preguntó a la familia si tenían idea de la razón por la cual lo llegaron a sacar a su casa y lo desaparecieron afirman que suponen que fue a consecuencia de que pertenecía a un partido político contrario del que llegó al poder.

martes, 17 de marzo de 2009

JUSTICIA

JUSTICIA

La periodista Dina Fernández, hace un análisis sobre la Justicia selectiva en nuestro país. Toma como marco referencial la captura de los Agentes de Policía, a quienes se les atribuye la detención y posterior desaparición forzosa de García, quien en vida estudiantil universitaria fuera el esposo de la señora, que en la actualidad es Diputada al Congreso de la República de Guatemala, de nombre Nineth Montenegro.
Dice la periodista, (En el periódico, de fecha marzo 11 del 2009, en la Pág. 16) “Si yo me estremecí al escuchar la noticia en la radio, me imagino la sorpresa que se llevó la diputada Nineth Montenegro la semana pasada. Después de 30 años de reclamar justicia por su esposo, el sindicalista Fernando García, desaparecido en 1984”. La Policía Nacional Civil, en días recientes a la fecha en que publicó su opinión en el diario, había capturado inesperadamente a los hombres acusados de ese crimen.
Hace tiempo, cuando Guatemala estaba por firmar la paz y la periodista era una niña, recién graduada de la universidad, una noticia así, dice ella: “me hubiera hecho llorar”. Hoy, es de suponerse que ya no. Sigue diciendo: “la verdad es que me alegré por la legisladora y su familia, sobre todo por su hija. No importa cuántos años han pasado: un crimen de estos es imprescriptible y las víctimas merecen reparación”.

Realizada la anterior salvedad, es de hacer notar que la foto de los acusados en primera plana (en los medios de comunicación escrita) también deja un saber amargo a cualquiera. Se duda que el arresto de los acusados y el posterior enjuiciamiento ante juez competente se llegue a convertir en un parteaguas en la historia jurídica de nuestro país. Lejos de ello, se teme que se pondrá en evidencia la forma titubeante, ambigua e hipócrita con que los guatemaltecos hemos enfrentado el conflicto armado y el resarcimiento histórico de la guerra de más de 35 años.

Me explico. Hay dos maneras en las que un país puede “procesar” una guerra civil. La “clásica”, donde al cesar las balas “se pasa la página” y se impone un nuevo acuerdo político, usualmente acompañado del punto de vista de los vencedores (al menos en un primer momento). Es el caso, por ejemplo, de la Guerra de Secesión en Estados Unidos o el de la guerra Civil española. La otra forma, de reciente cuño, propone “enfrentar el pasado” de forma inmediata, usualmente con la ayuda de una “comisión de la verdad” encargada de documentar los abusos cometidos durante el conflicto y el régimen que le antecedió. La premisa de este modelo es que una sociedad debe conocer y asumir los errores de su propia historia para no cometerlos de nuevo.
La experiencia más seria y exitosa de este tipo de proceso es la que se dio en Sudáfrica al desmoronarse el régimen de Apartheid. En Latinoamérica también se hizo al término de la Guerra Fría con resultados desiguales en Chile, Argentina, El Salvador y Guatemala.
La idea motora de las “comisiones de la verdad” –la necesidad de conocer la historia- es irrebatible. Afirma Dina Fernández que la defendió en su momento y lo volvería a hacer, con una reserva importante: el éxito o el fracaso de este enfoque depende de la seriedad, el compromiso y el espíritu con las que se diseñe y ejecute.
En Sudáfrica, por ejemplo, el proceso tuvo varias dimensiones –humanitarias, histórica, jurídica y política- y se utilizó para impulsar una auténtica transformación del país.
En Guatemala, en cambio, el esfuerzo se emprendió con un marco legal ambiguo, en un clima de mutua desconfianza donde llovían las acusaciones de revanchismo y parcialidad, sin la convicción política de los principales actores del conflicto.
En ocasiones me he preguntado (dice la señora Fernández): ¿Si dadas estas circunstancias no hubiera sido más sabio seguir la filosofía de “pasar la página”? La duda volvió a saltarle a la periodista, cuando se conocieron las primeras informaciones respecto al caso de los policías acusados de secuestrar a García.
Quizá realmente fueron ellos quienes lo desaparecieron y quizá cometieron otros crímenes en nombre del Estado. Pero incluso si así fue, resulta inevitable preguntarse quiénes les dieron la orden, quiénes a su vez actuaban de la mano de la jerarquía militar y qué intereses nacionales y extranjeros estaban en juego.
Es muy probable que esas preguntas queden en el limbo porque aquí abundan los esqueletos en los armarios y está visto que nadie quiere llegar a sacudir (a los autores) principales por temor a que luego le abran el propio. Por esa razón duda que este juicio se resuelva, como solíamos decir, “paradigmático”. Antes bien, creo que corre el riesgo de convertirse en un Show del que muchos intentarán sacar réditos.

En ese contexto –el nuestro, no uno hipotético e ideal- la polémica entre “enfrentar el pasado” o “pasar la página” acaba siendo engañosa. Todos los países que han sufrido guerras civiles discuten por décadas, sino siglos, su interpretación correcta.
La diferencia es que algunos los superan y otros no. La revisión inmediata del pasado no es una condición sine qua non para vivir en paz. La condición sine qua non es tener las ganas y la capacidad de llegar a acuerdos políticos que se traduzcan en cambios reales. Esa es la verdadera disyuntiva. Y es lo que nos falta en Guatemala, empezando por la voluntad de renunciar a la impunidad.-
Post scriptum: Están invitados a visitar www.dinafernandez.com espacio el la Web que contiene los documentos de Dina Fernández.

En Sudáfrica sucedió algo muy especial con respecto al otorgamiento de la Admistía por crímenes de lesa humanidad. A todos aquellos que habían participado en el conflicto armado interno, se les dio la oportunidad de que confesaran sus actos criminales, o su participación y grado de ésta en el conflicto armado. Con lujo de detalles fueron presentados los testimonios. Grabaron las conversaciones y se publicaron a todos los ciudadanos todo lo que decían aquellos a quienes se les señalaba de criminales. Para los familiares de las víctimas esta fue la forma como llegaron a saber que les sucedió a sus parientes. Se enteraron de la forma como llegaron a padecer las atrocidades de la guerra. La confesión, con detalles de cómo sucedieron los hechos, recopiló la historia del conflicto armado. Se supo todo, se enteró toda la población quien daba las órdenes superiores, quienes pedían como debía ejecutarse a la población, y demás detalles. El recuperar la memoria histórica era vital para los países del sur del continente africano, pues con ello se aseguraban que no se repitiera los acontecimientos de la historia. Pero luego se liberaba a los verdugos de la guerra. Estos se veían obligados a vivir en la clandestinidad, fuera de su territorio, porque en cualquier momento podrían ser victimas de las venganzas de aquellos que no aceptaban perdonarlos por lo que le habían hecho a sus familiares o paisanos.
Dina Fernández no deja de tener razón cuando afirma que, “aquí en Guatemala, aún abundan los esqueletos en los armarios y está visto que nadie quiere llegar a sacudir los principales por temor a que luego le abran el propio”.
Durante el conflicto armado interno en Guatemala, se estaba viviendo una guerra fría, en la cual, las potencias proporcionaban las armas y los pueblos en vías de desarrollo ponían los cadáveres. Y fueron muchos los que se vieron involucrados en la guerra, que duró más de 35 años. Ahora bien. Si los Agentes de la Policía que hoy enfrentan el proceso por la desaparición formaza de García, fueron condecorados por sus autoridades superiores, en aquella época, por la labor prestada a la patria. ¿por qué hoy se les está persiguiendo como criminales de guerra? Es decir, en aquella oportunidad fueron héroes para la historia y para los tiempos de hoy, resulta que son los verdugos del sistema represivo que imperaba.

Hay mucho aún por aprender al respecto de éste tema y será este caso el primero en la historia de Guatemala, en el que físicamente hay alguien a quien se le pueda señalar de haber participado en la desaparición de una persona. Se espera que se llegue a establecer qué pasó con el cadáver de García, ya que al momento se sabe que los Agentes fueron los que lo capturaron y lo llevaron al cuarto cuerpo de la Policía Nacional. En aquella época se encontraba instalada al final de la Calle San Juan, a la altura de la Florida, zona diecinueve de la ciudad capital. Pero a alguien tuvieron que habérselo entregado, quien dispuso de su privación de libertad. De seguro García en ningún momento fue consignado a Juez competente para que se esclareciera su situación jurídica. Supuestamente dicha persona se encontraba en horas de la mañana a la altura del mercado del Guarda, acompañado de otra persona repartiendo volantes a los transeúntes del lugar, que era calificada de propaganda subversiva. Recuerdo los comentarios de conocidos de la época, que me informaban que en varias oportunidades apreciaron la captura de jóvenes a la altura del Portal de Comercio de la zona uno de la ciudad, a quienes las autoridades habían sorprendido repartiendo volantes con consignas subversivos. Era muy frecuente que los capturados fueran jóvenes estudiantes del diversificado, a quienes utilizaba la alta dirigencia subversiva para divulgar sus actividades ejecutadas contra el gobierno o bien, denunciaban aquellas acciones de éste contra la población civil.
Un profesional universitario, compañero de estudios universitarios, me confió su mayor experiencia tenida en su vida, me decía que cuando le tocó vivir en cautiverio, por azares del destino, pudo escuchar los redoblantes de cuatro quince de septiembre, lo que lo hace recordar que en esos días se celebra el día de la patria. Supone que se encontraba recluido en uno de los sótanos del Palacio de la Cultura, o bien de la dirección General de la Policía Nacional, ambos edificios del centro histórico de la Ciudad de Guatemala. Recuerda haber tenido contacto con personas que eran llevadas constantemente por sus captores, todos ingresaban muy eufóricas, quería saber que les pasaría, que cuando serían consignados a los tribunales de justicia. Recuerda mi interlocutor que preguntaban a todos si tenían idea de cómo serían tratados por ser señalados de pertenecer al movimiento insurgente estudiantil de aquel momento. Apreció que poco a poco el panorama de dichas personas les fue cambiando, a tal punto que, conforme los días fueron pasando, llegaron al punto que dichas personas, lo único que deseaban era que le pusieran fin a su sufrimiento. Prácticamente era la muerte lo único que les deparaba el destino. Pero ésta nunca llegaba. Cuando ya estaban en condiciones deplorables, siempre se buscaba recuperarlos, por aquellos profesionales de la medicina que los atendían, para luego iniciar nuevamente la aplicación del suplicio. Cuando ya se apreciaba que el individuo se encontraba en los últimos instantes de su existencia, era cuando se le transportado dentro de un medio tonel, como un despojo humano, depositada sobre una carreta de manos. Ya llegada la hora de su muerte, el verdugo se le acercaba agitando un galón con gasolina medio lleno y le preguntaba si estaba listo para partir. “¿Ya estás listo?” Preguntaba el verdugo, y aquél individuo, que cuando lo llevaron se venía lleno de juventud y de euforia, que ya en este momento era solo un despojo humano respondía con una mueca de su cabeza que aún no. El guerrillero se resistía a aceptar su destino y pedía, con palabras entrecortadas unos último instantes más de vida: “un momentito más jefe”. El verdugo aceptaba la súplica y se retiraba por unos instante, para que disfrutara de aquellos últimos momentos de existencia. Mas tarde de nuevo se le acercaba y de nuevo preguntaba: “¡Ya! ¿listo?- “un tantito más jefe” Ya en una tercera oportunidad se acercó el verdugo y le dijo: ¡Hoy sí!, ¿ya debes estar listo para partir, no?” Agitando el galón de gasolina en la mano, mostrando con ello su impaciencia por concluir aquélla ejecución. A lo que respondía la víctima: “Solo un momento más jefe, aún no estoy preparado para partir”. El individuo se aferraba a la vida de una manera increíble. No quería aún que le llegara la muerte. Aún con todos los huesos destrozados por tanta tortura aplicada. El verdugo le otorgaba nuevamente un instante más, para que así se preparara mentalmente para que le diera la bienvenida a su nueva vida espiritual. “¡Cuando usted quiera jefe!”, “Ya jefe, creo que ya estoy listo”, eran sus últimas palabras. El verdugo tomaba y conducía la carreta donde lo transportaba a un apartado al fondo del recinto. Se veía por última vez al estudiante guerrillero, que más que persona, era un despojo humano, y lo conducía fuera de la vista de los que observaban esos últimos instantes de la vida de aquella persona. Todos veían la partida del jovencito que ingresó con ropa deportiva muy elegante, color blanca, con tenis de marca y pantalón de alta costura que distribuyen los almacenes de primera de la ciudad. Pero que hoy es solo un montón de huesos rotos y pedazos de ropa ensangrentada. Un último grito agudo se escucho proveniente del fondo del sótano. Y luego se inundó todo el sector con el humo producido al quemarlo vivo, rociado de gasolina.

Quien me contó el relato aún vive y aún padece de las secuelas de aquella experiencia amarga. Apreció que cuando se trataba de un alto dirigente guerrillero a quien le quitaban la vida, los verdugos hacían una colecta entre sí, “¡Un ajuste MUCHA!” Se decían, hay que comprarle la caja. Se respetaba el grado militar de los insurgentes capturados.

¿Sería la historia de García, en sus últimos momentos? Se tendrá que aceptar que, la aplicación de la tortura fue la constante en casos de capturados por las autoridades de aquella época, a quienes se les involucraba con la insurgencia.
Pero nadie dice nada al respecto, porque tendría que establecerse primero en donde estuvo recluído el señor García, lo cual a mi criterio, hay mucho por contar y pocos son los que están dispuestos a divulgar su grado de participación en aquellos actos no deseados actualmente.-

viernes, 6 de marzo de 2009

ENSAÑAMIENTO

NIÑOS QUE MATAN


Los medios de comunicación se han dado a la tarea de informar últimamente a la ciudadanía sobre el Asesinato de un Maestro de Educación Primaria, en un Centro de Atención de menores en conflicto con la ley penal, la cual ha escandalizado tanto a propios como a extraños. A criterio de muchos, éste delito ha tenido un gran impacto dentro de la sociedad guatemalteca.

No es para más. Que los niños lleguen a cometer el asesinato de su propio maestro, la noticia es para que le pare el pelo a cualquiera. Se supone que son niños y los mismos están formándose para el futuro de nuestra nación. Y que le quiten la vida a su maestro es escalofriante.
Silvia Gereda Valenzuela, columnista del matutino El Periódico, en publicación del 5 de marzo 2009, página 17, hace una reflexión al respecto. Es muy interesante sus comentarios que bien pueden ser analizados en la cátedra de Criminología. Y por ello es que hoy comparto el mismo en este espacio de la Web, para consulta de todos aquellos que han seguido el estudio dentro del blog.
Es por ello que procedo a transcribir sus comentario en forma literalmente.

“La escena no puede ser más que dantesca” así inicia su comentario Sylvia Gereda. “Es una de esas imágenes que uno, como periodista, jamás quisiera reproducir en su medio. Porque duelen, irritan y causan desesperanza. Sin embargo, son verdades que no pueden ser escondidas bajo las piedras. El martes 3 de marzo 2009, el catedrático Jorge Emilio Winter Vidaurre de 35 años fue asesinado en el correccional para menores Etapa Dos, ubicado en San José Pinula. Según el relato del periodista Ángel Sas, cerca de cien menores internos en este centro arrancaron el corazón del maestro, le destrozaron el cráneo, le abrieron el pecho y luego le extrajeron otras vísceras. Después de matarlo bailaron como una forma de burlarse de la Policía que los observaba desde la distancia sin actuar y que intervino tirando bombas lacrimógenas hasta que el hecho estaba consumado. Los disturbios iniciaron en la mañana, como medida de presión para que las autoridades accedieran a sus demandas en las que pedían la visita conyugal diaria y el regreso de dos de sus compañeros que habían sido trasladados a otro correccional. Además, los chicos pedían que les devolvieran sus televisores y reproductores de películas que les habían sido incautados.
Como medida de presión tomaron como rehenes y encerraron en un aula a cinco personas: dos guardias, dos catedráticos y la cocinera. Cuatro de ellos fueron liberados. Cuando los menores de edad, que aún son niños actúan con una saña que supera los límites de la ficción y muestran un desprecio absoluto frente a la vida, es una clara señal que la sociedad se ha corrompido al máximo.
La mayoría de los internos en este centro de supuesta rehabilitación, han pertenecido a maras y no hace falta ser un experto para darse cuenta de que su paso por estos reformatorios, lejos de integrarlos a la vida social los está convirtiendo en seres más salvajes; ese tipo de especies que cuando se unen a su jauría se vuelven más peligrosos. Es un hecho que el Sistema Penitenciario está colapsado, que las familias están fallando, pero también que la ausencia de principios y valores nos ha llevado a vivir en una época donde se presencian los crímenes más atroces que uno pueda imaginar. Los niños están matando porque sus valores han sido anulados. Lo hacen por rencor, venganza y miedo, porque entre sus códigos de aprendizaje no ha sido incluido el diálogo. Y han visto una sociedad donde los problemas se resuelven con la muerte.
Y en este asunto todos tienen la culpa. Los padres que no controlan a sus hijos, que los abandonan y colapsan en su misión de formarlos en principios y valores, los profesores que no los dotan de insumos adecuados para formar su humanidad, la televisión que los ha hecho creer que matar es legítimo pues tras las pantallas caen cientos día a día, la Policía que los tolera; el gobierno que los excluye al no tomarlos en cuenta y que ha creado leyes que impiden que tengan un castigo acorde a sus delitos pero que también se ha olvidado de crear instituciones donde estos jóvenes se puedan reformar; la sociedad, que hace mucho dejó de ser la de antes y donde cada uno no ve más allá de la punta de su nariz y de sus intereses. En fín, todos tienen la culpa pero a la vez nadie asume las consecuencias ni tienen la menor idea de qué hacer con este gran problema.
Aunque es un hecho que los niños asesinos son la excepción de la excepción, estos casos no deben ser pasados por alto.
Abandono, pobreza y carencias emocionales son ingredientes comunes de muchas de estas tragedias. En la biografía de muchos niños asesinos hay una historia de malos tratos, y algunos psicólogos han visto, en el ensañamiento con que matan, el deseo inconsciente de destruir esa imagen de vulnerabilidad que les recuerda su propia condición de víctimas. Si un niño tiene un temperamento proclive a la violencia y nadie le pone límites desde muy pequeño, las posibilidades de que la educación puede llegar a modular su comportamiento son cada vez menores. Pequeñas transgresiones que no se han controlado a los tres años pueden dar lugar a una conducta incorregible a los diez. “La mayoría de los niños pequeños pega para conseguir algo, pero la mayoría de ellos aprende que la agresión física no es una conducta tolerable. Empiezan a aprenderlo en la guardería y cada vez pegan menos, hasta que dejan de hacerlo”, apunta el experto psicólogo español Antonio Andrés Pueyo.
Por la razón que sea, en los niños violentos estos elementos de control social no han funcionado. Son niños que pueden llegar a la adolescencia sin haber tenido un buen desarrollo moral, sin haber aprendido a diferenciar lo que está bien de lo que está mal, y a decidir, en caso de conflicto, el mal menor.
Estos hechos trágicos nos deben servir para hacer un alto y poner muchísima atención en cómo se están formando las generaciones del futuro.

MULTICULTURALIDAD

NUESTRA DIVERSIDAD, NUESTRA FORTALEZA

Conforme la normativa constitucional Guatemala está formada por diversos grupos étnicos entre los que figuran los grupos indígenas de ascendencia maya. El Estado reconoce, respeta y promueve sus formas de vida, costumbres, tradiciones, formas de organización social, el uso del traje indígena en hombres y mujeres, idiomas y dialectos.
El mandato constitucional es que se mantengan los factores que tienden a conservar su identidad, entendiéndose ésta como el conjunto de elementos que los definen y, a la vez, los hacen reconocerse como tal. En ese orden de ideas, la OIT en el Convenio 169 indica bastante sobre los pueblos indígenas y tribales en países independientes; como es el caso de Guatemala. La que se caracteriza por su diversidad étnica. Guatemala es un país multiétnico, pluricultural y multilingüe, dentro de la unidad del Estado y la indivisibilidad de su territorio, por lo que al suscribir, aprobar y ratificar el Convenio sobre esa materia, desarrolla aspectos complementarios dentro de su ordenamiento jurídico interno.
Guatemala ha suscrito, aprobado y ratificado con anterioridad varios instrumentos jurídicos internacionales de reconocimiento, promoción y defensa de los derechos humanos de los habitantes en general y de los cuales también son nominalmente destinatarios los pueblos indígenas; sin embargo, tomando en cuenta que si bien es cierto que las reglas del juego democrático son formalmente iguales para todos, existe una evidente desigualdad real de los pueblos indígenas con relación a otros sectores de los habitantes del país, por lo cual el Convenio se diseñó como un mecanismo jurídico especialmente dirigido a remover parte de los obstáculos que impiden a estos pueblos el goce real y efectivo de los derechos humanos fundamentales, para que por lo menos los disfruten en el mismo grado de igualdad que los demás integrantes de la sociedad. Guatemala es reconocida y caracterizada como un Estado unitario, multiétnico, pluricultural y multilingüe, conformada esa unidad dentro de la integridad territorial y las diversas expresiones socio culturales de los pueblos indígenas, los que aún mantienen la cohesión de su identificad, especialmente los de ascendencia Maya .
Lograr que la población en edad escolar vaya a la escuela y permanezca en las aulas cuesta mucho en un país como el nuestro, en donde las tasas de deserción, reprobación y analfabetismo son tan elevadas. Esto deriva de múltiples factores: nuestra historia, la dispersión de las comunidades, las limitaciones que enfrentan algunas regiones, la inequidad y la falta de continuidad en las políticas y estrategias educativas, entre otros. Guatemala necesita una visión y compromiso de largo aliento para subsanar esta problemática y garantizar igualdad de oportunidades para todos. Por ello, a pesar del gran esfuerzo realizado en las últimas décadas para ampliar cobertura, falta mucho por hacer. Sin embargo es importante comprender que aun cuando se logre alcanzar esta ambiciosa meta y cerrar la brecha de cobertura, el resultado no será suficiente si el esfuerzo no es traducido en aprendizajes pertinentes y significativos para las personas y para la sociedad. Esto implica que no sólo es necesario tener claridad sobre los resultados de aprendizaje esperados y su contribución al desarrollo, sino comprender que el sistema educativo no puede ni debe operar en un vacío, al margen de las características, naturaleza y necesidades de la población. El tema de calidad de la educación no pasa solamente por una clara definición de estándares y competencias y por el monitoreo del progreso de los estudiantes, para lo cual es necesario disponer de instrumentos adecuados de medición y evaluación, sino que exige el reconocimiento, valoración, respeto y atención a las diferentes culturales y de otra índole que caracterizan y definen a la población.
Como señala Juan Aponte, Vicepresidente Collage Borrad Puerto Rico y América Latina, “La diversidad étnica, cultural y socioeconómica en todos los países latinoamericanos, nos reta a examinar y proponer opciones viables para la educación en un marco de equidad y acceso, que permita a millones de niños latinoamericanos, que hoy no tienen la oportunidad de asistir regularmente a un plantel educativo, hacerlo libremente. No sólo debemos garantizar el acceso y la permanencia en la escuela hasta terminar su formación, sino también que sean evaluados justamente, en los marcos culturales y étnicos que definen a cada alumno”. La incorporación de los niños, niñas y jóvenes al sistema educativo debe orientarse por la búsqueda permanente de la calidad y la pertinencia. Esto es especialmente importante en una nación como la nuestra, con una profunda y diversa riqueza cultural. Tal como reza la declaración de Johannesburgo de la UNESCO “nuestra rica diversidad es la fuente de nuestra fuerza colectiva.

lunes, 2 de marzo de 2009

SERVISEXO

PROXENETAS COMERCIAN CON MENORES EXTRAJERAS EN GUATEMALA.
La prostitución de menores en sitios nocturnos de Guatemala es un beneficio económico para los grupos del crimen organizado, cuyos miembros, además de dedicarse a la explotación sexual, trafican con drogas y cometen diversos delitos con total impunidad (Prensa Libre 2 de marzo 09. Pág.10) Así lo detalla Julio F. Lara y Leonardo Cereser en la noticia de actualidad. Lo cierto del caso es que se trata del comercio más antiguo de la humanidad. Y es hasta en éste siglo que se ha etiquetado de tal forma, que hoy se persigue a la mujer que se dedica a la comercialización de su cuerpo.
Informan los periodistas que la policía reconoce su impotencia para capturar a los líderes de esta redes, las cuales extienden sus tentáculos por el casi centenar de casas de prostitución que funcionan solo en la capital y alrededores. Sin llegarse a contabilizar todas aquellas casas cerradas que operan con exclusividad y a donde no se tiene acceso facilmente. De ellas hay un número muy considerable a las cuales acuden élites sociales exclusivas, con un alto poder adquisitivo. El servicio es prestado a las clases sociales muy poderosas económicamente hablando, las que quieren una total discreción y que sus nombres se mantengan el anonimato y donde las servidores sexuales son debidamente seleccionadas, para una total satisfacción al cliente.
Continúa el reportaje aduciendo de que después de años de presiones y denuncias, el 18 de febrero recién pasado fue aprobada la ley contra la violencia sexual, explotación y trata de personas, decreto 09-2009 en el Congreso de la República.
Pero mientras se aplica esa normativa, en los clubes nocturnos las menores (quienes siempre mienten respecto de su edad) siguen siendo obligadas a prostituirse. Considero que es muy precipitado afirmar que la mujer es obligada a prostituirse. A ella le están pagando por su servicio. Y si ella se encuentra satisfecha con lo que se le paga, está ganando y resolviendo su problema de desempleo y necesidad en su hogar. Es dinero fácil, lo único que tiene que hacer es aceptar ser tratada para lo que fue contratada.
Supone el reportaje que "solamente en la capital hay más de dos mil niñas y niños que están siendo explotados en más de 600 lupanares". De ellos, la mayoría son salvadoreñas, hondureños, nicaragüenses y guatemaltecas.
En un recorrido efectuado por reporteros del diario, que publicó la noticia, en diferentes antros de la capital, pudieron comprobar cómo aquellas jóvenes que soñaron con una mejor vida, despiertan cada día en una pesadilla. Melany trabaja en el bar la Frontera, y no esconde su origen Nicaragüense. Su figura esbelta y rostro joven y maquillado reflejan que tiene 17 años. Cuando un cliente solicita sus servicios, lo primero que hace es darle gentilmente la mano y luego un beso en la mejilla. Después, sus ojos expectantes esperan la invitación a tomar una bebida. Le hace señas al mesero, quien le sirve una cerveza y le entrega un tiquete, el cual guarda como un tesoro en su corpiño. Explica que por cada bebida que le inviten recibe un bono de Q.15.00 En total gana Q.450.00 a la semana, y los miércoles es su día de descanso. Su trabajo consiste en atender a cualquier cliente y bailar en la pista. si es requerida para ocuparse (tener sexo) el hombre debe pagar Q.75.00 por quince minutos.
"Aquí gano mejor que en mi país, donde hay mucha pobreza. Una señora me trajo de Nicaragua, pero yo sabía que venía a trabar en esto" refiere la entrevistada. "Aquí tengo dos meses de trabajar, y espero un día poder dejar esto. por eso me gusta la canción de fonsi: No me doy por vencido", explica.
En el club nocturno El Paso Clásico, en la calzada Aguilar Batres y 11 calle, zona 12la historia no es distinta. Se acercan dos señoritas y la que aparenta tener unos 24 años dice que está con su hermana. "Es mi hermana y se puede sentar contigo", manifiesta. Su hermana se sienta, saluda y dice que se llama Angie. En el pelo tiene un gancho acorde a su edad, unos 14. Lleva puestos unos enormes tacones que el encargado le vendió en Q.700.00 "Soy guatemalteca y vivo en la zona 21", refiere. Pero en la otra mesa, su supuesta hermana mayor le cuenta a otros clientes que es de Santa Tecla, El Salvador.
Angie, por su parte, cuenta que tiene 19 años y que fue su hermana quien la llevó allí. "Aquí hay mucha envidia, pero me tratan bien", agrega. Se muestra callada, como si quisiera escapar o gritar que la tienen a la fuerza. "Tengo mucho sueño, pero el encargado me regañó", comenta, mientras pide una cerveza al mesero. Le colocan en la mesa la botellita y su tiquete enumerado. "Aquí todo el tiempo es así, aburrido", dice. Un galonista de los Bomberos Voluntarios explica que los encargados de los prostíbulos les pidieron mantener una ambulancia cerca porque se producen riñas y resultan hombres heridos con arma blanca; en otros casos, baleados. "Lo que hemos notado es que no hay mucha presencia policial en esos sectores", afirma el socorrista. Sin embargo, esa noche dos clientes golpean a un agente de seguridad del bar El Paso Clásico, y un auto patrulla (de la Policía Nacional Civil) llega de inmediato a intimidar a los revoltosos, que son obligados a abordar su vehículo y retirarse del lugar.
Califico de que hay mucha especulación en el comentario de los reporteros, ya que en la mayoría de los casos las personas que prestan sus servicios sexuales, no están a la fuerza en dichos negocios. Saben exactamente a qué bienen a Guatemala y cual será su oficio, de igual forma, cuanto ganarán y como pueden mejorar sus ingresos, diariamente. De lo contrario, estarían llegando en forma constante, las denuncias de los particulares, ante las autoridades para iniciar su persecución criminal. O las han vendido los propios padres al proxeneta o ellas han decidido avandonar el hogar familiar por ser víctima de abuso sexual por los miembros de su familia. Tómese nota de que los parroquianos son los futuros clientes de las servidoras sexuales. La adicción a dichos centros será el modus vivendy de la gran mayoría de prostitutas, a las que les gusta ser bien tratadas, pues saben que el cliente lleva el dinero al negocio. Se retiran de sus tierras y emigran a otras ciudades porque en las mismas, nadie las conoce y pueden regresar libremente a su casa sin que nadie se entere de lo que realmente están haciendo para ganarse la vida. Le mienten a sus familiares y les hacen creer que se encuentran en trabajos muy bien pagados, de los cuales no tienen de qué avergonzarse.
La falta de fuentes de trabajo en los lugares de origen de las mujeres es la causa primaria de su viaje, la segunda es el abuso sexual en el propio hogar. Y en pocos casos, la venta que los padres han hecho de la niña.
La mujer que llega a buscar mejor vida detrás de la frontera y llega a caer en esta actividad, tiene claro que todo se trata de ganar dinero. Y es quizá la mayor causa de que las menores de edad busquen la forma de burlar a las autoridades aduaneras y pasen sin mayor contratiempo. El ingreso al territorio nacional de muchas jóvenes mujeres con intenciones de prostituirse, pueda que sea una más de las circunstancias de las reglas del mercado, en cuanto a mayor oferta menor demanda. A menor demanda, mayor oferta. Las mujeres andan buscando los lugares donde les paguen más y sean bien tratadas. Si estuvieran exclavisadas las menores, si estuvieran retenidas a la fuerza en los lugares, tarde o temprano la noticia llegaría a oídos de los autoridades del Estado las que al ser alertadas iniciarían la persecución criminal y cerrarías dichos centros, que son fuente de trabajo para muchas personas y modo de obtener ingresos económicos de un buen número de familias. Lo que quizá no llegue a gustar a las ONGs protectores de la mujer, es el hecho de que se trata del comercio sexual, pero en ese punto, hay que cambiar la historia de la humanidad para erradicarlo en su totalidad. De igual forma se podría decir de la pornografía es lo que quieren evitar. La tecnología ha llegado a extremos inalcanzables, la cual llega a los hogares de cualquier familia y a cualquier hora. Es un reto para las autoridades del Estado, con mentalidad muy puritana llegar a evitar que ésto suceda en una sociedad que cada día está más global izada e .

Algunas personas del sexo femenino, observa que es factible la obtención de dinero fácil, sin mayor esfuerzo y con gran placer sexual. Las organizaciones encargadas de la protección a la mujer, no le gusta observar la labor de la prostituta y desearía santificarla, sin tomar nota que en muchas oportunidades se lanzan a esa actividad por las propias necesidades, por ser cabeza de un hogar desintegrado, con un número de bocas que alimentar y cuidar. Si las organizaciones protectoras de la mujer, pudieran darle actividad productiva diferente a la que realizan, lograrían retirarlas de los centros de prostitución, pero aún así, dándoles los satisfactores económicos necesarios, regresan a su actividad, es totalmente imposible liberarlas de su adicción. No son todos los casos, pero si la mayoría. Creo que a nadie se le obliga. Podría darse el caso de que han sido engañadas y han sido lanzadas a esa actividad sin previo consentimiento. Y callan por su misma condición de mujer, desamparada, indefensa, por su propia minoría de edad. Pero el que esta en este negocio tiene bien claro que tarde o temprano alguien lo hará pagar por lo que hace y por ello, prefiere que estén contentas las empleadas, pues ellas son las primeras en dar la noticia de lo que les esta sucediendo.-