viernes, 6 de marzo de 2009

MULTICULTURALIDAD

NUESTRA DIVERSIDAD, NUESTRA FORTALEZA

Conforme la normativa constitucional Guatemala está formada por diversos grupos étnicos entre los que figuran los grupos indígenas de ascendencia maya. El Estado reconoce, respeta y promueve sus formas de vida, costumbres, tradiciones, formas de organización social, el uso del traje indígena en hombres y mujeres, idiomas y dialectos.
El mandato constitucional es que se mantengan los factores que tienden a conservar su identidad, entendiéndose ésta como el conjunto de elementos que los definen y, a la vez, los hacen reconocerse como tal. En ese orden de ideas, la OIT en el Convenio 169 indica bastante sobre los pueblos indígenas y tribales en países independientes; como es el caso de Guatemala. La que se caracteriza por su diversidad étnica. Guatemala es un país multiétnico, pluricultural y multilingüe, dentro de la unidad del Estado y la indivisibilidad de su territorio, por lo que al suscribir, aprobar y ratificar el Convenio sobre esa materia, desarrolla aspectos complementarios dentro de su ordenamiento jurídico interno.
Guatemala ha suscrito, aprobado y ratificado con anterioridad varios instrumentos jurídicos internacionales de reconocimiento, promoción y defensa de los derechos humanos de los habitantes en general y de los cuales también son nominalmente destinatarios los pueblos indígenas; sin embargo, tomando en cuenta que si bien es cierto que las reglas del juego democrático son formalmente iguales para todos, existe una evidente desigualdad real de los pueblos indígenas con relación a otros sectores de los habitantes del país, por lo cual el Convenio se diseñó como un mecanismo jurídico especialmente dirigido a remover parte de los obstáculos que impiden a estos pueblos el goce real y efectivo de los derechos humanos fundamentales, para que por lo menos los disfruten en el mismo grado de igualdad que los demás integrantes de la sociedad. Guatemala es reconocida y caracterizada como un Estado unitario, multiétnico, pluricultural y multilingüe, conformada esa unidad dentro de la integridad territorial y las diversas expresiones socio culturales de los pueblos indígenas, los que aún mantienen la cohesión de su identificad, especialmente los de ascendencia Maya .
Lograr que la población en edad escolar vaya a la escuela y permanezca en las aulas cuesta mucho en un país como el nuestro, en donde las tasas de deserción, reprobación y analfabetismo son tan elevadas. Esto deriva de múltiples factores: nuestra historia, la dispersión de las comunidades, las limitaciones que enfrentan algunas regiones, la inequidad y la falta de continuidad en las políticas y estrategias educativas, entre otros. Guatemala necesita una visión y compromiso de largo aliento para subsanar esta problemática y garantizar igualdad de oportunidades para todos. Por ello, a pesar del gran esfuerzo realizado en las últimas décadas para ampliar cobertura, falta mucho por hacer. Sin embargo es importante comprender que aun cuando se logre alcanzar esta ambiciosa meta y cerrar la brecha de cobertura, el resultado no será suficiente si el esfuerzo no es traducido en aprendizajes pertinentes y significativos para las personas y para la sociedad. Esto implica que no sólo es necesario tener claridad sobre los resultados de aprendizaje esperados y su contribución al desarrollo, sino comprender que el sistema educativo no puede ni debe operar en un vacío, al margen de las características, naturaleza y necesidades de la población. El tema de calidad de la educación no pasa solamente por una clara definición de estándares y competencias y por el monitoreo del progreso de los estudiantes, para lo cual es necesario disponer de instrumentos adecuados de medición y evaluación, sino que exige el reconocimiento, valoración, respeto y atención a las diferentes culturales y de otra índole que caracterizan y definen a la población.
Como señala Juan Aponte, Vicepresidente Collage Borrad Puerto Rico y América Latina, “La diversidad étnica, cultural y socioeconómica en todos los países latinoamericanos, nos reta a examinar y proponer opciones viables para la educación en un marco de equidad y acceso, que permita a millones de niños latinoamericanos, que hoy no tienen la oportunidad de asistir regularmente a un plantel educativo, hacerlo libremente. No sólo debemos garantizar el acceso y la permanencia en la escuela hasta terminar su formación, sino también que sean evaluados justamente, en los marcos culturales y étnicos que definen a cada alumno”. La incorporación de los niños, niñas y jóvenes al sistema educativo debe orientarse por la búsqueda permanente de la calidad y la pertinencia. Esto es especialmente importante en una nación como la nuestra, con una profunda y diversa riqueza cultural. Tal como reza la declaración de Johannesburgo de la UNESCO “nuestra rica diversidad es la fuente de nuestra fuerza colectiva.

No hay comentarios: