PREVENCIÓN SOCIAL, EDUCACIÒN Y DELINCUENCIA
Toda educación debe comenzar desde la infancia, y tarde o temprano deberá rendir prueba social; ello, en una interacción que comienza ya en el propio jardín infantil o en la escuela o con los amigos.
El esfuerzo educativo individual es sólo una gota en el océano comunitario; ello es así cuando no va acompañado de una prevención superior o social.
En consecuencia, la inconducta y la desintegración social pueden anular toda educación; ello ocurre en una comunidad desorganizada o abandonada a su suerte, con patrones de conducta ambivalentes y sin valores centrales firmes. Las acciones de profilaxis individual, grupal o social deben actuar de consuno e interrelacionarse hacia una finalidad común.
La sociedad podrá curarse si se puede cambiar de manera tal que la persona reciba refuerzo generoso y consistentemente y, por tanto, se realice, adquiriendo y manifestando un comportamiento exitoso.
Con mejores formas de enseñanza, se hará una utilización más efectiva de la dotación genética. Mejores condiciones de incentivos significan más y mejores bienes y condiciones de trabajo más agradables; así también las formas más interesantes de arte, música y literatura significan menos deserciones hacia otros modos no sociales de vida.
Se reconoce la ventaja de afrontar preventivamente la criminalidad en vez de punirla, se considera que la lucha contra el delito no se halla suficientemente desarrollada.
La profilaxis criminal podrá tener una mejor o peor implementación, según los recursos, las condiciones y disposiciones comunitarias (económicas, científicas y culturales); pero las herramientas, en tanto conocimientos rigurosos con aptitud para reducir la tasa criminal operante, son suficientes y superan las expectativas de décadas pasadas.
Se sostiene que la teoría de la actividad profiláctica social se ha ido creando durante muchos decenios. Esta teoría tiene ya su evolucionado estadio de desarrollo, correspondiéndose sobradamente con las exigencias metodológicas de la ciencia moderna. Ella ha alcanzado plena madurez, ha elaborado sus instrumentos y su aparato categorial. A pesar de la importancia de las medidas administrativas y jurídicas, el papel decisivo en la superación de los fenómenos antisociales corresponde a la actividad profiláctica social, a la eliminación de los factores morales, económicos y sociales concretos que suscitan anomalías morales.
Así como en la órbita socialista se ha puesto de relieve el papel fundamental de la profilaxis, no menos ha ocurrido en los EE.UU. y en Europa. No se trata de la antítesis prevención o represión sino de prevención y represión eventual.
Debe observarse en este acuerdo científico que los propios soviéticos dice: “El transgresor de la ley debe saber que el riesgo que corre es tan grande y el castigo tan severo, que al perpetrar su delito, perderá más de lo que gane”. En nuestro tiempo, la coerción aún no ha desaparecido, ni mucho menos se ha disminuido.
Es casi un lugar común el insustancial enfoque por el cual la prevención que se anticipa educativamente al hecho o al estado peligroso tipificado es simple política socia, y no política criminal, pero la política criminal no deja de ser política general, cultural y social, aunque, estrictamente, la política criminal tiene su objeto específico y diverso.
LA FAMILIA
Grupo congénito y socialización
Háyase demostrado que un niño abandonado a su propia naturaleza, sin que nadie cuide de él, sobro todo que lo alimente, perecería sin remedio, como se recordará a propósito de las teorías de Ferri; ello, ya que la filogenia o bien la herencia de la especie, en su forma fetal constituye sólo un teclado sobre el que actúa el ambiente sociocultural.
En Alemania se halló recientemente un niño criado por una perra y en la India, en 1920, dos niños criados por lobeznos. En estos dos casos, aquéllos no se expresaban, ni caminaban, ni tenían posturas o rasgos conductuales humanos: se alimentaban de carne cruda, los músculos de masticación habían adquirido fuerza poco común, los maxilares se habían desarrollado; pero es más, así como los últimos habían adquirido las costumbres de los lobos, no menos ocurrió con el niño criado como si fuera un cachorro. )Tomado del Clarín, 22 de marzo l988 Sidorov, Pág. 16 y siguientes)
Salvo algunas manifestaciones como el estornudo, el hipo, el llanto, la erección del pene, el hecho de orinar, los movimientos oculares, los movimientos de manos y brazos, etc., toda conducta como caminar, hablar, etc., requiere de un aprendizaje (biosocial y sociocultural). Y hasta la risa, como respuesta al estímulo exterior y no como estimulación intraorganísmica, pertenece al grupo aprehendido.
La familia es, así, el molde en que se desenvuelve el ovillo de la especie configurando múltiples y complejas estructuras de impulsos y motivaciones sociales o criminógenos, por lo que cuanto en ella ocurre se traslada de una u otra forma a los hijos y jóvenes futuros.
Tanto más decisiva es la educación familiar si tomamos en cuenta que la persona hereda sólo un potencia, pero necesita del medio para la realización de esa potencialidad.
Un niño que hereda los genes PKU, por ejemplo, no hereda una mentalidad idiota. Él hereda únicamente, una incapacidad para metabolizar un cierto aminoácido y sus productos vicariantes, lo cual daña el cerebro y da como resultado la idiocia. Eliminando el aminoácido con una diete especial podemos prevenir el daño cerebral; no ocurre menos con el cretinismo, cuya anormalidad puede superarse con determinado suministro de hormonas.
El proceso de socialización familiar incluye la enseñanza, práctica y refuerzo de valores, significaciones y norma, así como de las conductas emitidas por los hijos en correspondencia con aquellos.
Evolución del modelo familiar.
La familia esencialmente patriarcal fue, por una parte, cediendo paso a la mayor injerencia estatal. Por otra parte, el proceso industrial privó a ésta de sus funciones como unidad económica y célula unitaria de producción. La fábrica llevó al hombre a su seno y, más aún, produjo la ocupación masiva de mujeres, con varias consecuencias:
1) La familia pasó de ser una unidad productiva a ser una unidad de consumo;
2) La autoridad paterna, a su vez, se redujo considerablemente;
3) Los problemas económicos que alejaron a la mujer de su hogar, la llevaron también a un menor control de los hijos y a una reducción en su convivencia tradicional hogareña;
4) La gran familia fue sustituida por el pequeño grupo familiar (familia nuclear)
5) La educación familiar se fue resintiendo, agigantándose el papel de otros vehículos, tales como la televisión, la radio, etc. Grupos callejeros, la escuela, etc., comenzando con el jardín de infantes.
De lo dicho se entiende por qué afloraron:
1) La crisis del modela miento familiar;
2) La pérdida de autoridad paterna;
3) La desobediencia juvenil;
4) La moralidad en conflicto entre padres, hijos medio;
5) La desorganización conductual y la carencia de valores, normas y significaciones compartidos,
6) Las riñas familiares;
7) Las perturbaciones psicológicas en los niños y también en sus padres;
8) El auge del divorcio,
9) La proliferación de vidas paralelas; etc.
Si se comparan las actuales funciones familiares con las de la época colonial americana, los papeles que les han quedado a las primeras son muy pocos. En efecto, han caducado sus roles económicos, educativos, religiosos, y protectores, que fueron transferidos al Estado, a la Iglesia, a la escuela y a la industria.
En una encuesta realizada, se da a conocer que se destaca un predominio marital en la familia en sólo un 17% de las familias consultadas; en los padres de esos encuestados el liderazgo paternal era del 30% En cuanto al predominio femenino en la familia, se detectó en un 8%, mientras que en los abuelos en un 13% de las amas de casa. Paradojal resulta en cambio, que la camaradería se registró en un 63% de las familias actuales y sólo en un 39% de la generación de los padres de ésta.
La familia como única fuente del aprendizaje integral.
La realización ontogenética vital de la herencia filogenética de la especie atraviesa, en primer lugar, tres etapas: la maduración, el aprendizaje individual y el sociocultural.
En consecuencia, la educación se va produciendo gradual o secuencialmente, respetando las leyes de maduración, ello implica la presencia de un orden en la adquisición de los conocimientos respecto de las significaciones, valores y normas culturales, las que se van asentando sobre estadios anteriores y compatibles.
En otros términos, cada etapa constituye un presupuesto y límite de la siguiente; y dentro de cada una de estas etapas existe, asimismo un orden secuencial codificado y relativamente invariable.
En segundo lugar, el aprendizaje, que en su tipo individual implica imitación social o grupal o interpersonal, se articula con la maduración individual y con la educación sociocultural; la última ya no se produce sólo por imitación y experiencia individual, sino que requiere la acción directa e intencional por medio de la enseñanza, seguida del ejemplo y de los tipos de aprobación y desaprobación adecuados, lo que va advirtiendo a los padres y educadores para el seguimiento y modificación eventual de ciertos rumbos.
Al analizar lo expuesto se comprende que al tener que separarse el infante de su padre, durante casi todo el día y hasta de su madre, no existe sino un favorable campo para el aprendizaje crítico, que produce toda clase de desórdenes de conducta, hoy etiquetados por la Asociación Americana de Psiquiatría y la Organización Mundial de la Salud como trastornos de la personalidad o como factores no atribuibles a trastornos mentales y que merecen atención o tratamiento psiquiátrico, ejemplos de los últimos son los problemas escolares y los laborales, los conyugales y paterno filiales.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario