miércoles, 28 de abril de 2010

Delirium tremens

Delirium por abstinencia alcohólica o delirium tremens

Es el Estado psicótico agudo o subagudo en alcohólicos, caracterizado por obnubilación de la conciencia, desorientación, miedo, ideas delirantes, alucinaciones, especialmente visuales y táctiles, inquietud, temblor y a veces, fiebre. Se produce por cese o reducción de la ingestión de alcohol, como reacción fisiológica de abstinencia.
Esta psicosis es la forma típica de las psicosis agudas; cuando irrumpe el delirium las alucinaciones gobiernan al total estado confusional con una eventual desintegración de la conciencia.
Psicosis alcohólica de Korsakoff
Es conceptuada como el Síndrome con reducción notable y duradera de la amplitud de la memoria reciente, con fabulación y desordenada apreciación del tiempo, que aparece en los alcohólicos como secuela de una psicosis alcohólica aguda, especialmente el delirium tremens o más raramente en curso del alcoholismo crónico.
Son frecuentes la desorientación temporal y espacial, y la amnesia suele ser llenada con fabulación basada en la ficción. Existe un deterioro cognitivo, afectivo y del control motor.
Demencia asociada a alcoholismo o demencia alcohólica
Esta demencia, antes denominada en su forma, deterioro alcohólico por los estudios realizados, los que dicen que es una psicosis asociada al alcoholismo con síndrome cerebral crónico.
Cuando ese alcoholismo es grave, el individuo se vuelve totalmente amnésico respecto del entorno. Algunos autores aluden a un deterioro completo de la personalidad. El paciente no recuerda sus actividades o su conducta en esta situación de ausencia.
Diagnóstico diferencia. Este debe diferenciarse del de psicosis de Krosakoff, o trastorno amnésico alcohólico, y del de delirium tremens, o delirium por abstinencia alcohólica.
Alucinosis alcohólica.
Es una psicosis orgánica con no menos de seis meses de duración, sin obnubilación o con ligero anulamiento de la conciencia, gran ansiedad y predominio de alucinaciones auditivas, casi siempre voces que profieren insultos y amenazas.
Celotipia alcohólica
Según estudios es una psicosis paranoide crónica asociada con el alcoholismo caracterizada por ideas delirantes de celos y respondiendo, a veces, a esas ideas. Sigue habitualmente a un período prolongado de ingesta alcohólica. Son frecuentes los instintos de suicidio.
Drogadicción psicosis debidas a drogas
Generalidades y discriminación con los trastornos por uso.
Dentro de la agrupación de los trastornos por uso de sustancias debía distinguirse el uso no patológico del uso patológico; indicamos también que el último aprehendía el abuso y la dependencia de sustancias, que de por sí era criminalmente significativo porque se asociaba comúnmente con efectos conductuales des adaptativos o estilos de vida contraculturales y, en ciertos casos, con conducta violenta y criminal.
Se distinguen estos trastornos de los psicóticos y de los trastornos mentales orgánicos provocados por barbitúricos, sedantes o hipnóticos cuyas muestras de acción son similares.
La drogadicción y la drogodependencia
La drogodepencia, tal como se ha apreciado por la sociedad, no debe confundirse con las psicosis por drogas, aunque el concepto en su acepción vulgar abarca los fenómenos de abuso con dependencia psicológica o fisiológica. De allí que también se suela referir, indistintamente, al vocablo drogadicción.
Dentro de los trastornos por uso de sustancias, y como consecuencia del uso patológico, tienen lugar el abuso y la dependencia ya tratados. A su vez, los sujetos con trastornos por uso tienen o pueden tener, o desarrollar, síndrome de abstinencia, según el tipo de drogas. Así por ejemplo, la cocaína produce dependencia psicológica, y sólo transitoriamente, puede presentarse la abstinencia; la fenciclidina no produce ni tolerancia ni abstinencia; no se halla concluyentemente probado tampoco que el cannabis o la Marihuana produzca abstinencia.
Los estudios de la Organización Mundial de la Salud, discrimina, por otra parte, entre:
1) Dependencia;
2) Abuso sin dependencia;
3) Psicosis por drogas.
Pero, además, los estudios de la Asociación Americana de psiquiatría, clasificaba separadamente a los fenómenos de fármaco dependencia y drogadicción, con desórdenes mentales no psicóticos, dentro de los trastornos de la personalidad, finalmente, también hay otros estudios que ubican los supuestos de abuso (con o sin dependencia) en el grupo de los trastornos por uso de sustancias, que no constituyen psicosis.
Como no todas las drogas producen tolerancia ni reacciones de abstinencia al suspenderse su uso, se propuso más específicamente el concepto de dependencia psicológica para describir los fenómenos propios de la dependencia de drogas no adictivas.
La drogodependencia y la drogadicción como fenómenos de conducta peligrosa internacional.

Al interés nacional de los países, a causa de los efectos conductuales generados por el abuso y la dependencia de drogas, se ha sumado en estos últimos tiempos una inquietante preocupación internacional por la siembra inicial, la producción, el tráfico, el almacenamiento y el suministro de tales sustancias tóxicas.
El tráfico ilegal de drogas, tales como los barbitúricos, sedantes o hipnóticos de acción similar, opiáceos, anfetaminas o simpático miméticos de acción similar, alucinógenos; fenciclidina o arilciclohexilaminas de acción similar y cannabis o hachís o marihuana, es incluido en la actualidad dentro de los delitos de carácter internacional.
Estudios indican que en los EEUU existían en 1963, según el Federal Bureau of Narcóticos, 48,535 adictos; en 1972, sólo la Comisión Nacional sobre Abuso de la Marihuana y otras Drogas, informaba que un total de 24.000.000 de americanos habían fumado marihuana, al menos una vez. En Norteamérica en 1981 se habían incautado o detectado y secuestrado 2,000 kilogramos de cocaína, y en 1985 esa cifra había ascendido a 20 toneladas según la Cooperation Enforcement Prevention U.S.; otro tanto acaeció con la marihuana, con cifras que fueron desde 372,578 kilogramos a 825,445 en igual período. A ello deben sumarse las cifras de otras drogas detectadas.
Un estudio efectuado en los EE.UU. por la Comisión de Asuntos Judiciales del Senado, al señalar el fracaso de los 32.000.000.000 de dólares asignados para la guerra contra las drogas durante el gobierno del presidente Bush en 1989, indica también que 3.000.000 de norteamericanos se han hecho adictos a la cocaína o a la heroína y que 1.000.000 de ellos no ha podido someterse a tratamiento. Agrega el informe que unos 900.000 bebés nacidos adictos a las drogas al tiempo que 71,700 personas fueron asesinadas. La Nación, 11, 9, 1992.
Lo expuesto explica que para las autoridades gubernamentales estadounidenses el tráfico de drogas y el ingreso en su país desde naciones como Colombia, Bolivia y Brasil, entre otras, constituya un objetivo primordial a considerar para su control, reducción y eventual eliminación.
Lo notable es que este comercio internacional, cuyo destinatario final es el trastorno conductual de los adictos y dependientes y la subversión de las pautas de cultura, constituye una fuente de ingresos de los países productores. Brasil, por ejemplo, moviliza unos 500.000.000 de dólares con el tráfico de narcóticos y la clandestina instalación de importantes laboratorios de procesamiento de cocaína. Sus principales proveedores son, entre otros, Bolivia, Colombia y Perú. Así, se dice, Brasil podría constituirse en el primer centro mundial de las bandas del narcotráfico. Los EE.UU. intervienen bilateralmente en cada caso, incluso meritando cómo los problemas económicos de los países productores, de procesamiento y de tráfico, podrían incidir negativamente; ello obliga a planes alternativos de apoyo económico.
En España, por su parte, tal como lo hace notar Felipe Luis Meléndez Sánchez, en su meditada obra, las cifras de aumento anual progresivo del Tráfico de sustancias tóxicas o psicoactivas, reveladas por el Gabinete de Estudios de Brigada Especial de Estupefacientes en su Resumen estadístico de la evolución del tráfico ilícito de drogas en España, permiten afirmar que esta sustancia debe considerarse, ya , un impostergable hecho social de significativa gravedad; por ello, no sólo merece desaprobación sino que requiere una urgente atención preventiva, involucrando en ello a todas las áreas apropiadas de gobierno.
En Julio de 1988 fueron descubiertos y secuestrados en la Argentina, incluida dentro de los países de tránsito, nada menos que 600 kilogramos de cocaína de gran pureza, comerciable a cerca de 50.000 dólares por kilogramo; ésta, que había sido la mayor maniobra desbaratada hasta entonces, fue luego superada en un 100% en 1995.
En los países latinoamericanos no existe estadísticas generales confiables sobre el problema, incluyendo las de lavado, por eso, sale de lo común la información que desde mediados de la década pasada viene reuniendo la Drug Enforcement Administratio (DEA) Administración del Control de Drogas Dependiente del Departamento de Estado de los EE.UU. Información de la Nación 30 de agosto 1992.
El reporte de 1990 contenía referencias e indicios de que entre 1986 y 1989 los casos de lavado de dinero vinculados con las drogas se habían incrementado en la Argentina, pero en la edición de 1992, se afirma concretamente que, dicho país sirve a operaciones de lavado mediante inversiones inmobiliarias. Por lo regular el mismo fenómeno se experimenta en casi toda Latinoamérica.
Los estudios señalan que en 1991 la Argentina es considerada como un País de tránsito para la cocaína, procedente de Bolivia y Colombia, aunque la insuficiencia de datos limita la precisión de las estimaciones. Agrega el informe que los laboratorios de clorhidrato de cocaína parecen incrementarse en número y que la derivación de productos químicos precursores fabricados legalmente en la Argentina hacia la producción de cocaína en Bolivia, Colombia y la propia Argentina constituye un verdadero problema.
En 1995 se abortó en Catamarca una operación de tráfico de clorhidrato de cocaína, proveniente del cartel de Cali que se ha considerado récord y que se conoció como Operación Café Blanco. Se incautaron en esa oportunidad 1,030 kg de cocaína, cifra que dobló a la de la conocida Operación Langostino de 587 Kg y resultaron detenidos 10 narcotraficantes colombianos. Dicha droga estaba destinada al mercado norteamericano. La Argentina constituye uno de los lugares preferidos por los traficantes bolivianos para la compra de campos y otras propiedades. Bolivia es hoy el segundo productor mundial de hojas de coca y cocaína después de Colombia, y los traficantes de ese país, crecientemente independizados de los colombianos, aunque a veces asociados, ya abastecen cerca del 40% de la demanda norteamericana de esa droga. El destinatario final de este tráfico suele ser, así, EE.UU., donde Washington está convirtiéndose en la capital mundial de la droga, según admitieron los propios funcionarios del Departamento de Salud.
´Según la oficina de Planes y Análisis de la Justicia Criminal; entre 1982 y 1986 los arrestos por drogas aumentaron un 177%; las acusaciones judiciales, un 509%, y las condenas un 559%.
El problema de los perjuicios ocasionados a los EE.UU. por la droga llegan hasta afectar sus relaciones con los países productores y de tráfico. Así ocurrió, por ej., con la excarcelación en Colombia de Jorge Luis Ochoa Vásquez, número dos del célebre Cartel de Medellín, acusado de controlar el 80% del narcotráfico destinado a Norteamérica, país que solicitaba su extradición. $Esta situación motivó incluso una protesta oficial de uno a otro país.
En la Argentina, por donde circula la droga con destino a los EE.UU. y a Europa occidental, existen ya importantes laboratorios para su procesamiento, puesto que se sabe que la cocaína llega a esos territorios del planeta como pasta básica.
El análisis de los delitos descubiertos muestra que en Europa occidental, el hachís procede primordialmente de Afganistán, Líbano, Marruecos, Pakistán, Irán y Turquía.
La marihuana, variante del hachís, procede de algunos países de África; la heroína, de Hong Kong, China, Malasia y Tailandia, y la cocaína, de América del Sur.
En la ex República Federal Alemana, donde la heroína era prácticamente desconocida hasta 1970, se elevó al 550% en los últimos años.

LA DROGADICCIÓN COMO TEMA INTERNACIONAL
En septiembre de 1975 tuvo lugar en París una Conferencia Intergubernamental de los países de Europa Occidental sobre la lucha contra el narcotráfico con asistencia de los países del Mercado Común y Suecia, para erradicar la distribución de narcóticos.
Una conferencia similar ocurrió en Yakarta en 1975, donde se conoció el incremento de la drogodependencia y la drogadicción en el sudeste de Asia.
También en 1975 se celebró otra conferencia en Cochabamba, con participación de la Argentina, Chile Paraguay, Brasil y Perú.
En 1973 tuvo lugar la Conferencia Sudamericana Plenipotenciaria sobre Estupefacientes y Psicotrópicos, reunida en Buenos Aires entre el 25 y el 27 de abril de 1973, aprobándose en la Argentina el Acuerdo allí suscripto con sus dos Protocolos Adicionales, por ley.
Con respecto al convenio sobre sustancias psicotrópicas, adoptado en Viena por la Conferencia de las Naciones Unidas, está siendo aprobado por las naciones del mundo paulatinamente.
El primer organismo internacional para la lucha contra la narcomanía fue el de la Comisión del Opio de Shanghái en 1909
Con la creación de la ONU, por su pare, comienza este organismo desde 1946, a sumarse y a ocupar un rol primordial en la lucha contra la drogadicción y la farmacodependencia. En 1961 tuvo lugar la Convención Unica sobre Estupefacientes. Los Estados que se subordinaron a la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, desde 1965, le presentan la demanda de la cantidad necesaria de narcóticos. De acuerdo con ella, los países quedan obligados a juzgar a los nacionales y extranjeros imputados de delitos de esta naturaleza, cuando no procediere la extradición conforme a la ley de la parte requerida.